Existirá riesgo de confusión de marca cuando el consumidor no distinga el origen empresarial de aquellos productos y servicios que compre, a causa de la similitud de los signos. Este riesgo de confusión conlleva que:
- Para que exista riesgo de confusión se debe apreciar globalmente, es decir, se debe tener en cuenta todos los factores del caso concreto y la impresión de conjunto de aquellos signos pueden producir en el consumidor medio.
- Se exige que se tenga en cuenta la similitud entre los signos confrontados y los productos designados con ellos.
- La marca antigua predomina sobre la nueva, por ello cuanto más distintiva sea la marca anterior, más elevado será el riesgo de confusión.
- El consumidor medio percibe la marca como un todo sin detenerse a examinar los detalles. Además de que no compara las distintas marcas, confiando en la imagen imperfecta que conserva.
- El examen en abstracto que debe hacerse, es a partir de la compatibilidad de los signos enfrentados, prescindiéndose de las circunstancias en que la marca se presenta al consumidor. Por tanto, la forma en que se usa el signo, no importa, sólo transciende la forma en que esté registrada la marca.
- En cuanto a la coincidencia fonética parcial y a pesar de la identidad entre los servicios, no existe riesgo de confusión por la divergencia de signos enfrentados cuando solamente coincidan fonéticamente en una de las palabras que lo compongan.
Por tanto, no habrá riesgo de confusión de las marcas, cuando las diferencias entre los signos sean lo bastante significativas como para evitar el riesgo de confusión o asociación.