Inteligencia artificial; La evolución de la propiedad intelectual

Han pasado ya 70 años desde la publicación del artículo Maquinaria computacional e inteligencia artificial de Alan Turing, donde se formuló la pregunta ¿pueden las máquinas pensar? que hoy podemos contestar, siendo parte fundamental de nuestro día a día.

En efecto, más allá de vernos beneficiados por la inteligencia artificial, la hemos hecho parte de nuestra vida. Desde sistemas de navegación de rutas hasta recomendaciones de productos y música basados en análisis de hábitos pasando por filtros de spam, de seguridad, reconocimientos biométricos y de voz, entre otros.

Inteligencia artificial; La evolución de la propiedad intelectual

La propiedad intelectual no escapa del espectro y beneficios de la inteligencia artificial y tampoco de los retos y cuestionamientos que trae consigo. La relación entre estas se actualiza desde el momento en que el conocimiento, innovación y creatividad que dan la vida a la inteligencia artificial a través de alguna de sus prestaciones, puede ser protegida por derechos de autor, y en algunos casos como patentes y diseños.

La Propiedad intelectual ha aprovechado la oportunidad que supone la inteligencia artificial puesto que las oficinas internacionales, regionales y nacionales de la propiedad intelectual y los particulares han aprovechado la oportunidad que ella representa: ofrecer un mejor trabajo y resultados más eficientes y efectivos con la seguridad jurídica que los titulares de derechos de propiedad intelectual esperan.

Un ejemplo podría ser los sistemas de búsquedas de marcas que han facilitado el trabajo de examinadores y como estos permiten al solicitante, darse una idea a priori de las posibilidades de registro de su marca. En el caso de las patentes representan grandes beneficios.

Todas las oportunidades conllevan siempre retos. La inteligencia artificial no solo responde a la pregunta de Turing, sino que, confirma que la máquina piensa y que es pensar también implica crear, diseñar e inventar. Es un cuestionamiento serio ya que según la doctrina y la normativa vigente, solo las personas físicas, seres humanos, pueden ser considerados autores, diseñadores o inventores.

Estas cuestiones han propiciado que la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual haya venido trabajando en el tema y haya lanzado el pasado 13 de diciembre, la convocatoria para un proceso abierto de consulta sobre las repercusiones de la inteligencia artificial en las políticas de propiedad intelectual.

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