La historia de las patentes, y de la ley de patentes o inventos se considera, en general, que se inició en Italia con el Estatuto de Venecia de 1474, el cual fue emitida por la República de Venecia. Se emitió un decreto por el cual los nuevos dispositivos y la actividad inventiva, una vez que habían sido puestos en práctica, tenían que ser comunicados a la República para obtener protección jurídica contra los infractores potenciales. El período de protección era de 10 años.
El sismógrafo de Zhang Heng
Predecir terremotos aún no es posible, pero llevamos mucho tiempo tratando de detectarlos, registrarlos y medirlos. Fue en el año 132, cuando el científico Zhan Heng creó el «sismoscopio». Es el antecesor del «sismómetro», que detectaba terremotos, pero no la hora ni la intensidad que tenían.
Era muy útil ya que indicaba la dirección del epicentro del seísmo y de esta forma podían enviar ayuda de forma rápida a las regiones que eran afectadas por el fenómeno natural.
En sus inicios lo llamaron «veleta de terremotos», ya que en esa época no sabían que los temblores se producían por el movimiento de las placas tectónicas y Zhang Heng creía que eran causa del viento.
El sismógrafo se trataba de una urna de bronce de unos 1.80 metros de diámetro, con 8 dragones deslizándose hacia abajo por sus pareces, cada uno con una bola en la boca. Debajo de cada dragón había 8 sapos de bronce con sus bocas abiertas.
Dentro de la urna, había un péndulo. Cuando la tierra temblaba, el mecanismo lo que hacía es soltar una bola de la boca de alguno de los dragones y cayera en la boca del sapo.
El sonido que producía al caer hacía de alarma y cómo cada sapo representaba una dirección, con sólo ver en que boca había caído la bola se sabía dónde se necesitaba ayuda.