El 20 de febrero se aprobó la Ley 1/2019, de Secretos Empresariales que transpone la Directiva 2016/943 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 8 de junio de 2016, que trataba de armonizar las normativas de los Estados Miembros.
Nueva Ley de Secretos Empresariales
Esta ley, pues, define como secreto empresarial: “cualquier información o conocimiento que: (a) sea secreta, en cuanto a su general desconocimiento por las personas que operen en el ámbito en el que tal conocimiento se utilice, no resultando fácil su acceso al mismo, (b) tenga valor empresarial, real o potencial, por su carácter secreto, y (c) haya sido objeto de medidas razonables por parte del titular del secreto.”
Esta ley protege además de la información y conocimiento científico, tecnológico, industrial, comercial, financiero u organizativo “datos empresariales relativos a clientes y proveedores, planes comerciales y estudios o estrategias de mercado”.
La ley establece también que la obtención, utilización o revelación de secretos no podrán ser perseguidos si hay colisión con la libertad de expresión cuando el secreto implique actividades ilegales, si impide el ejercicio de los derechos de los trabajadores o si las Administraciones Públicas lo requieren para la gestión de sus intereses legítimos.
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