La suplantación de identidad, llamado también Phishing, es la acción por la que un individuo se hace pasar por otra persona para realizar actividades ilegales para beneficio propio.
¿Sabías que era uno de los delitos más frecuentes en Internet?
Se debe a la poca seguridad que presenta varias páginas webs, redes sociales o aplicaciones. En Internet la finalidad de estos actos varían dependiendo de cada caso, puede ser desde comprar online con la tarjeta de crédito de la víctima, contratar servicios o atacar la integridad física y moral de la persona suplantada.
Cada vez estos actos son más habituales en Internet, sobre todo en las redes sociales, escenario donde se producen más actos delictivos de suplantación de identidad. En ellas, el usurpador se sirve de estas plataformas para insultar a terceras personas o incluso para apropiarse de información relevante de las víctimas para cometer fraudes o realizar ciberacoso.
¿Cuándo se considera delito suplantar la identidad de una persona?
No siempre se considera delito la suplantación de identidad, y la pena varía dependiendo de cada caso. Por ejemplo, no es denunciable usar únicamente el nombre de la persona, es decir, si un usuario registra un perfil en un foro utilizando sólo el nombre (sin aportar más datos relevantes o fotografías) y participa en un debate de opinión en Internet no se considera delito.
Si por otro lado, el individuo crea un perfil falso y hace uso de una imagen o información relevante de otra persona, está cometiendo un delito de vulneración del derecho a la propia imagen tipificado en el artículo 18 de la Constitución y pudiendo ser penado con cárcel hasta 3 años tal y como indica el artículo 401 del Código Penal.
Otro caso delictivo en lo que se refiere a la suplantación de identidad es cuando un usuario accede al perfil de otra persona sin su consentimiento.